domingo, diciembre 02, 2007

Claude Perrault


Claude Perrault (1613-1688)
Les dix livres d¨architecture de Vitruve, corrigez et traduits nouvellement en Francois, PARÍS 1673
(Los diez libros de arquitectura de Vitruvio, corregidos y traducidos de nuevo al francés)
Ordonnance des cinq espéces de colonnes selon la méthode des anciens, PARÍS 1683
(Ordenación de los cinco tipos de columnas según el método de los antiguos)

La creación de la Real Academia de Arquitectura en 1671 tuvo por principal objetivo la elaboración de una doctrina global de arquitectura que permitiera explicar la eclosión de la arquitectura francesa bajo Luis XIV (reinado 1643-1715) y, sobre todo, preservar la línea general y su tradición. El debate doctrinal giraba en torno al texto de Vitruvio, Los diez libros de arquitectura, único tratado de arquitectura de la Antigüedad que perduraría hasta esa fecha pero que debía ser analizado más a fondo debido a los puntos oscuros y enigmáticos todavía sin resolver. Claude Perrault recibe el encargo de una nueva traducción del texto de Vitruvio y un riguroso comentario del mismo
a partir de 1666 aproximadamente. Pero el resultado no corresponde en absoluto con lo esperado por la Academia.

En efecto, Perrault cuestiona el postulado según el cual la belleza de un edificio resulta de la exactitud de sus proporciones: según él, no existen reglas absolutas en materia de proporciones arquitectónicas y la definición de lo «bello» depende de todos y procede de un consenso general. Un concepto tan poco ortodoxo escandalizó y provocó una controversia que duraría largo tiempo. Esta se inscribe directamente en la Querelle des anciens et des modemes, {Querella de los antiguos y los modernos), es decir, en el enfrentamiento entre los defensores del clasicismo y los del barroco, que también se extiende a la literatura y del que Charles Perrault, hermano de Claude, es uno de los protagonistas.

Claude Perrault nace en el seno de una familia de científicos, escritores y arquitectos de renombre. En sus comienzos estudia medicina y física. Ya en los años cincuenta, enseña fisiología y anatomía y, en 1666, se convierte en miembro de la Academia de las Ciencias. Perrault publica varios tratados de física y se convierte al mismo tiempo en uno de los mayores arquitectos del reinado de Luis XIV. Sus conocimientos en ciencias naturales le predestinan a diseñar el Observatorio de París, construido de 1667 a 1669. También versado en la teoría arquitectónica, es nombrado director del comité para la elaboración de la fachada oriental del Louvre e ingresa en 1672 en la Academia de Arquitectura.

Su traducción comentada de Vitruvio, publicada en 1673, y reeditada en 1684, se abre con un frontispicio de enorme expresividad, obra de Sébastien Le Clerc, que aprovecha la oportunidad para hacer, de paso, un poco de publicidad para la obra edificada del autor. En el fondo, las columnatas del Louvre, todavía en obras, y un arco de triunfo monumental diseñado por Perrault y coronado por la estatua ecuestre de Luis XIV son buena prueba de la importante actividad arquitectural del Rey Sol. La alegoría de la arquitectura, representada en una especie de escenario en el primer término, explica los Diez libros vitruvianos que sostienen las personificaciones de la escultura, geometría y pintura. La arquitectura se dirige a la personificación de Francia, como potencia hegemónica del mundo, sentada en el trono, mientras que Abundantia (la abundancia) llama su atención sobre las obras construidas en el segundo término. Una ponencia sobre los motivos del esplendor de Francia en la dedicatoria precisará el aspecto sugerido aquí del florecimiento cultural.

A semejanza del siglo de Augusto, la actividad conquistadora llevada a cabo en tiempos de guerra correspondería a una gran actividad arquitectónica en tiempos de paz. Pero Francia es el único país que posee una cultura pletórica de cultura, ciencia y buen gusto, y esta gran cultura también debe traducirse en bellos monumentos. Pero —y he aquí el tema clave del comentario y de las observaciones de Perrault sobre el texto de Vitruvio— ¿qué es la belleza arquitectónica?

La belleza es ante todo criterio y suele percibirse como una «fantasía» subjetiva que depende de numerosos factores externos (la moda o el grado de educación, por ejemplo). Para actualizar las reglas racionales que insinúan la belleza, conviene proceder primero a un minucioso análisis filológico de
Vitruvio, pero su texto resulta a menudo enigmático y su traducción desacertada en varios puntos. Aun así, Perrault no consigue establecer una definición exacta de las proporciones correctas, pero sí unas pautas selectivas para definir la belleza arquitectónica. Aunque hallamos proporciones absolutas en el cosmos y el cuerpo humano, no ocurre lo mismo en arquitectura. Lo que percibimos como bello en las proporciones de los miembros arquitectónicos no resulta obligatoriamente de la razón lógica o de una ley natural, sino de una aprobación general y de la costumbre. ¿Cómo explicar entonces que algunos detalles arquitectónicos claramente aberrantes sean considerados como bellos por los especialistas? Ni siquiera los arquitectos antiguos, tan venerados, proporcionaron las columnas según el modelo natural formado por el ser humano. Es un error tomar la anatomía humana como referencia para la basa, el fuste y el capitel de una columna, por no señalar que tanto el cuerpo humano como la columna son muy variables y que resulta imposible, por tanto, deducir de ellos proporciones ideales. Por consiguiente, si la percepción de la belleza se realiza según la exactitud de las proporciones, solo puede ser una noción relativa de la belleza, o «belleza arbitraria» según la expresión que emplea Perrault. En otros términos, lo bello es lo que gusta a la mayoría de los hombres que tienen gusto y educación, independientemente de cualquier ley de la Naturaleza. Pero la «belleza arbitraria» tiene su corolario, un principio objetivo al que Perrault llama «belleza positiva». Reside en la finalidad utilitaria del edificio, es decir, en la solidez, salubridad y comodidad del mismo. Por tanto, toda evaluación debe tomar en cuenta la relación entre el destino del edificio y su decoración para lograr una verdadera valoración estética.

Unas inmensas columnas erigidas delante de un edificio modesto jamás serán bellas, incluso aunque hubiesen respetado todas las reglas tradicionales de la proporcionalidad.

Más tarde, en Ordonnance Perrault complementa estos criterios objetivos con una serie de cualidades generales, como la riqueza de los materiales, la precisión de la ejecución y la simetría, sin olvidarse de la «magnificencia del edificio».

Semejantes conclusiones resultan «escandalosas» y la reacción no se hace esperar. Francois Blondel (1675-1683) dedica la totalidad de su tratado Cours d'architecture {Clases de arquitectura) a rechazar las ideas de Perrault. Pero este último no tira la toalla y vuelve al ataque en su tratado sobre los órdenes, Ordonnance des cinq espéces de colorines selon la méthode des anciens, publicado en 1683: no solo da más cuerpo a sus argumentos sino que arremete contra la campaña de medición de los monumentos romanos encargada a
Antoine Desgodets. Para Perrault, resulta totalmente inútil dado que no se ha podido establecer ninguna ley obligatoria de proporciones a pesar de la precisión de esa evaluación.

Así pues, no existiría ninguna norma al respecto y el sistema de medidas sumamente complejo y puntilloso prescrito por Blondel solo puede parecer absurdo. En cambio, Perrault propone para cada orden arquitectónico un conjunto de sencillos valores modulares, de números enteros, que representan de alguna manera los valores medios calculados a partir de los sistemas de medidas empleados hasta entonces. Dichos valores medios constituyen una especie de regla aproximada en la que pueden basarse los arquitectos contemporáneos, a semejanza de sus compañeros de la Antigüedad, pero caer, por ello, en la pedantería esquemática.


TEORIA DE LA ARQUITECTURA,
Editorial Taschen, 2003

3 comentarios:

  1. Felicitaciones por el blog, me ha sido de gran ayuda. Un saludo desde Barcelona (ETSAB).

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  2. Los mapas que antes tenías eran super utiles....

    Volvelos a cargar!!!

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  3. mil gracias! ahora entendi lo de la belleza arbitraria y positivaa.. que con el Kaufmann no entendia nada!.

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